Es notoria la preferencia de los centros comerciales por las cadenas de grandes marcas tanto sean de franqucia o independientes, y que estas reciben precios y condiciones muy especiales a la hora de alquilar locales, ya que en teoría estas producen el tráfico al centro. El resto del comercio debe pagar precios astronómicos por el alquiler lo que hace que no puedan acceder a ellos o tengan que cerrar al poco tiempo.
Este es un fenómeno que se está produciendo especialmente en capitales de provincias donde se han construido demasiados centros comerciales para poblaciones relativamente pequeñas y ya se ven muchos locales vacios y cerrados por falta de rentabilidad.
Hoy al visitar distintos centros comerciales, con algunas excepciones, encontramos siempre las mismas marcas y por lo tanto pocas alternativas.
Pero el libre comercio es así y solo una evolución en los hábitos de consumo puede cambiar esto. En algunas ciudades las asociaciones de comerciantes y los ayuntamientos han conseguido competir, al transformar en calles peatonales zonas céntricas que no lo eran creando así zonas mas exclusivas. Esto es así especialmente en ciudades como Milán , París o Roma
A pesar que estos locales también son caros se pueden comprar financiados lo que no es posible en un Centro Comercial
Pero qué se puede hacer ante esta situación?, lo primero es hacer bien los números antes de comprometerse a alquileres elevados que no resista el tipo de negocio que gestionamos.
Otra posibilidad sería unirse varias marcas que no puedan acceder a los centros comerciales e invertir en zonas urbanas con posibilidades de desarrollarse, creando su propio tráfico.
Ya hay ejemplos como TRIANA en Las Palmas y CHUECA en Madrid, entre otras.
También podría ser que los centros comerciales dieran mayores facilidades a las marcas más pequeñas para ofrecer más variedad al consumidor y no generar una competencia desleal con condiciones dispares.
Y no olvidar el proverbio que dice que “no es oro todo lo que reluce”.
FUENTE: Aedef